martes, 21 de febrero de 2012

Odio echarte de menos, es tan ridículo… No sé, me explotan las neuronas de pensar los besos que nos estamos perdiendo, mi corazón da un vuelco al oír tu nombre. A veces el viento roza mi cara y pienso que eres tú el que me toca. Odio la perfección. Tú eres perfecto, y no te odio, te amo, te quiero demasiado… me cuesta entender cómo una sola persona pueda manejar tantísimo tu vida, cómo una única persona pueda ser el centro de todos tus pensamientos, que pueda llenarte tanto. Que pueda hacer que sonrías como un bicho loco, que pueda subirte trescientos kilómetros por encima del cielo, donde ya ni llega el oxígeno.
Y aún, sigues queriéndole tanto, que ni los números llegan a tanto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario