Todo acaba por deteriorarse. Por
resquebrajarse. No importa lo fuerte que seas. Con el tiempo esas diferencias,
apenas apreciables al comienzo, empiezan a dejarse ver con demasiada
frecuencia. Empiezan los recelos, la indiferencia, la desconfianza...y asoman
las heridas, esas emociones a flor de piel. Lo que no sabes es que con un par
de sonrisas y de falsas promesas ya te ha vuelto a convencer de que aún no es
el final, de que no es demasiado tarde para cambiar. Pero qué ilusa eres.
Quieres creer que es cierto, que es una historia sin final. Y vuelta a empezar.
Nuevo comienzo en el ciclo retrospectivo de las emociones incongruentes.
1 comentario:
Hola! :)
Me gusta mucho tu blog, es precioso. ^^
Éste texto es muy bonito y tiene mucha razón, a vecen nos hacen promesas que aunque sabemos que no van a cumplir, tenemos una pequeña esperanza de que ésta vez sea distinto e intentamos que todo vuelva a ser igual cuando sabemos que no lo será.
Besos desde www.pensamientosdeadolescencia.blogspot.com
PD: Espero verte por mi blog. ;)
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